ALEJANDRA MIZRAHI

Crónica Montaraz



Año: 2017
Escrito por: Alejandra Mizrahi
Ocasión/lugar de publicación: Exposición “Mi mundo es todo el mundo” de Geli González



14 de Noviembre de 2017
Elementos distintos apoyados entre sí y todos ellos en otros más firmes. Cementos, hierros, azulejos, trozos de cerámicas, etc. Todo organizado anómalamente desde una lógica contingente. Todo está quieto, pero parece estar por desmoronarse en cualquier momento. Un azulejo se posa sobre el vértice de un hierro en equilibrio inestable.

5 de Mayo de 2015
Me encontré con Geli en los pasillos de la Casa de Gobierno de Tucumán. Ambas estábamos citadas a una reunión. Nunca había entrado a la Casa de Gobierno, es un edificio de estilo ecléctico construido a principio del siglo XX, como sustituto del cabildo colonial que estaba emplazado en ese terreno. Lo había observado mucho desde afuera, generalmente sentada en el banco de enfrente comiendo un corte de nata de la heladería en diagonal. Siempre me pareció excesivamente exagerado para sus dimensiones reales, cómo si pretendiera ser más grande de lo que realmente es. Ahí estábamos las dos en unos pasillos semi abiertos, tipo galerías, que dan a un patio central en un primer piso. Apoyadas en el balcón Geli sacó un cuaderno de su bolso y me mostró un montón de dibujos que muy pronto serían esculturas. Algunas en cerámica, otras hierro y cerámica, otras tal vez cemento con madera. Los materiales venían directo de los referentes, lo extraño era el punto de vista. Ella miraba ciertos objetos diarios y les proponía una cristalización. Geli me estaba mostrando cómo abstraía los objetos que la rodeaban, cómo de ellos conservaba una línea, un volumen o un material.

10 de Mayo de 2015
Me sorprenden gustosamente aquellos dibujos, su relato sobre cómo los va a construir, sus ansias de empezar a trabajar lo antes posible en ellos, su brutal e inconfundible confianza en lo que las formas nos proponen y en la urgencia de sumergirse en la experiencia. Siento que, así como quiere extraerles a esos objetos diarios su máxima sensualidad, también quiere transformarse a través de ellos. Hay unos objetos previos, una especie de plan, pero sobre todo hay un abismo que atravesar, una experiencia que el material la habilitará y mediante la cual se transformará. Foucault en una entrevista denominada “El libro como experiencia” del ’78 dice lo siguiente: “Jamás pienso del todo lo mismo, por el hecho de que mis libros son para mis experiencias, en un sentido que querría el más pleno posible. Una experiencia es algo de lo que uno mismo sale transformado. Si tuviera que escribir un libro para comunicar lo que ya pienso antes de comenzar a escribir, nunca tendría el valor de emprenderlo. Sólo escribo porque todavía no sé exactamente qué pensar de eso que me gustaría tanto pensar. De modo que el libro me transforma y trasforma lo que pienso. Cada libro transforma lo que pensaba al terminar el libro precedente.”
El encuentro en la Casa de Gobierno abre en mi cabeza un espacio de pensamiento e inquietud respecto a cómo Geli va a atravesar esta experiencia y a cómo esta nueva obra la transformará.
Años después hablamos con Aldo sobre la experiencia de transformación a la que Geli se entrega en cada una de sus obras y, ayer en su auto (8/01/18), ella me contó que percibe lo que va a suceder en la vida real desde su obra. La obra de Geli tiene un misticismo profético, algo así como los vientos que soplan anticipando el huracán.

14 de Enero de 2018
Superficies y estructuras. Tipologías de equilibrio: equilibrio inestable y/o equilibrio solidario. Amenazar la armonía. La anomalía.

18 de Febrero de 2017
Geli me invitó a co-curar su muestra junto a Aldo Ternavacio. Por supuesto que ni lo pensé y aquí estamos organizando ya nuestra primera reunión. Considero que no hay nada más agradable y excitante en el mundo que encontrar interlocutores con los cuales se puedan atravesar mojones de ideas y proyectos con la fricción y el vértigo de los afectos. Así me he sentido en cada uno de los muchos encuentros que tuvimos. Me di cuenta que hace años planeamos esta muestra.

15 de Marzo de 2017
Le pedí a Geli que ponga todo el registro que tiene en un drive. Que intente organizar la obra en carpetas, categorías, nominaciones, cajones, lo que sea. Todo el tiempo veo un cuerpo que provoca y un rastro que anticipa la fragilidad de lo inmanente. Con Aldo pensamos que ya en ese drive hay una muestra. Una de carácter retrospectivo, que muestra un recorrido, unos intereses sostenidos en el tiempo, y sobre todo que pone cerca tantas cosas que pasaron en distintos momentos y lugares. Ahí hay una potencia. Pero la muestra ya funciona en el drive de alguna manera.
Tenemos tiempo y Geli tiene un cuaderno lleno de bocetos que ya está trabajando en el taller de cerámica.

30 de Abril de 2017
Geli y Aldo habían trabajado juntos en este sacha rol de artista / curador. Sobre todo, en una serie
de muestras de pintura. ¿Pintura? Si, pintura.
Yo no conocía la obra pictórica de Geli. Fui su alumna entre el año 2002 y 2005, a partir de ahí entablamos una especie de amistad materno-pedagógica que adoro con toda mi alma. Pero no conocía sus pinturas. Así fue como quería ferviente verlas y que Aldo y ella me cuenten sobre esa época, esas pinturas y sobre esa Geli pintora.
Quiero verlas.
Las pinturas comenzaron a brotar de los más impensables lugares. Detrás de un armario en la casa de su mamá había una puerta enorme a su mundo pictórico que había sufrido ahora lo que ella pretendía lograr a través del tratamiento de las superficies: el paso del tiempo. La informalidad que manifiesta el transcurrir del tiempo y la huella de ese transcurso, el agua que deja vetas en un lienzo. También quiero ver los catálogos. Para mi sorpresa, Aldo escribió sobre aquellas pinturas en más de una ocasión.

10 de Mayo de 2017
Ternavacio respecto a las pinturas de Geli en el año ́92 dice lo siguiente:
Como primera aproximación encontramos en el discurso de su obra una estructura de contraposiciones -en cuanto al color, en cuanto a la forma, en cuanto al tratamiento, etc.-que nos deja ver dos universos.
Uno de ellos, informal, ajeno a los referentes, creado de colores quebrados (fracturado), más del lado de lo sensible que del lado del sentido.
(...)
El otro, se vale del diseño, del fragmento constructivo, del color saturado (puro), a mi entender del lado de la referencia al signo sofisticado, a la síntesis performativa.


11 de Mayo de 2017
El análisis formal que hace Aldo de esta serie de pinturas que desde el mismísimo ́92 han quedado sepultadas tras armarios y objetos domésticos, denota el foco puesto en el placer y la confianza en la materialidad y sus manifestaciones superficiales. Las alusiones a la superficialidad, la banalidad y a la trivialidad tienen que ver aquí con una toma de posición en relación a la Estética de la Vida Cotidiana. Muchos elementos con lo que Geli trabaja funcionan como puntos de reflexión similares sobre los que discurre esta Estética. Yuriko Saito propone pensarla como una apertura de la estética tradicional proponiéndonos un camino poco transitado y pensado como son las experiencias estéticas ordinarias. La autora nos invita a reflexionar sobre un fenómeno banal, trivial y superficial que, justamente por todas estas cualidades, merece ser pensado y discutido. A su vez, Saito subraya las repercusiones morales, sociales y políticas que tienen las elecciones con base estética en nuestra vida diaria. Esta cotidianidad en el caso que nos convoca, tiene repercusiones en el campo del arte, fragmentan una partícula de lo diario para problematizarla en el conjunto de elementos que ya no cotidiano, aluden a ello.

22 de Diciembre de 2017
“La etimología de tejer en su forma protoindoeuropea mas antigua es teks, armazón de varillas para los muros de barro. De allí proviene el latín texere: tejer, texto, textura, contexto, y la teks-la: tela, urdimbre, red.
Teks es la alusión, para nosotros, a las arquitecturas flexibles, efímeras, nómadas, donde el textil no es decoración ni vestimenta, sino materia de trabajo. Las hay como arquitecturas portátiles, que en las fiestas son circo o kermesse tanto como ámbito de reuniones extraordinarias o exposiciones temporarias; en las catástrofes son habitat transitorio, en la guerra son campamento y hospital.
La estera o la manta son elementos del mobiliario nómade. Delimitan un espacio habitado en el piso. Esos textiles cubren el piso, pero también cubre el cuerpo, son indumentaria, pero a la vez que alfombra y techo, constituyen un habito-habitable.
Devienen capa-cama-casa protegen en la vida y en la muerte.
Tabique, mampara, cortinado, tapiz, alfombra: el textil transformaba el entorno, delimita, marca centra, separa, protege del calor y del frío, incorpora materia calidad y textura mórbida en las carpas nómades del desierto de arena y en las frías estructuras del desierto de cemento.”

Gracia Cutuli en Tramas Criollas, 2008

4 de Agosto de 2017
El pasado de Hotel de Inmigrantes del Museo de la Universidad que aloja a esta muestra, impacta cual espectro sobre el submundo de campaña y tránsito latente en la obra de Geli. Las capas geológicas que van desde el Hotel (1880) pasando por Escuela de Artes y Oficios (1895) y la Escuela de Agricultura (1911) hasta conformarse como sede del Instituto de Arqueología y del Museo de la Universidad, engarzan una serie de elementos que se derraman entre sí.
El inmigrante cuyo destino estaba anclado y fomentado con la construcción de este edificio, constituye una figura clave en la construcción cultural de nuestro país hacia fines del siglo XIX. La construcción se hizo para recibir al inmigrante.
Inmigrar significa asentarse en un territorio distinto del originario, desplazarse, extrañarse, radicarse en un lugar otro. Un inmigrante es un extranjero, viene de otro lugar, de otro país. Esto denota un sentimiento de extranjería, que es la condición y cualidad de ser extranjero. El extranjero llega en algún momento a naturalizarse, esto ha sucedido con la mayoría de nuestros bisabuelos que llegaron a este territorio.
Las obras de Geli son olas migratorias, no se naturalizan en el espacio, eso hace que carezcan de familiaridad y de acostumbramiento. Son una especie de monumento a la ajenidad. Agradezco a Sebastian Rosso por haberme facilitado material de archivo de la Gaceta respecto al Museo de la Universidad.

27 de Septiembre de 2017
“El intruso se introduce por fuerza, por sorpresa o por astucia; en todo caso, sin derecho y sin haber sido admitido de antemano. Es indispensable que en el extranjero haya algo del intruso, pues sin ello pierde su ajenidad. Si ya tiene derecho de entrada y de residencia, si es esperado y recibido sin que nada de él quede al margen de la espera y la recepción, ya no es el intruso, pero tampoco es ya el extranjero. Por eso no es lógicamente procedente ni éticamente admisible excluir toda intrusión en la llegada del extranjero.
Una vez que está ahí, si sigue siendo extranjero, y mientras siga siéndolo, en lugar de simplemente «naturalizarse», su llegada no cesa: él sigue llegando y ella no deja de ser en algún aspecto una intrusión: es decir, carece de derecho y de familiaridad, de acostumbramiento. En vez de ser una molestia, es una perturbación en la intimidad. Es esto lo que se trata de pensar, y por lo tanto de practicar: si no, la ajenidad del extranjero se reabsorbe antes de que este haya franqueado el umbral, y ya no se trata de ella. Recibir al extranjero también debe ser, por cierto, experimentar su intrusión...”

Jean-Luc Nancy, El Intruso

9 de junio de 2015
Los vestigios de las ruinas nos dan pistas de modos, formas, costumbres, disposiciones, etc. Las ruinas a las que aludo no son solo arquitectónicas sino también domésticas. Hay ruina en las manchas de un mantel, en las roturas de un vestido y en el decoloramiento de los empapelados.
El cascote, la suciedad, la arruga, la rotura, el descosido, el desorden, entre otras, son situaciones que le suceden a las cosas. Las cosas se arrugan porque están planchadas, se rompen porque están sanas, quedan en ruinas porque alguna vez no lo fueron.

20 de diciembre de 2017
¿Cómo construir la ruina ex-nihilo?

9 de febrero de 1970
Tras un enfrentamiento en un campus universitario entre estudiantes y policías, un joven de familia acomodada, Mark, cree haber matado a un agente y huye, en compañía de otro joven y tras robar una avioneta, al desierto de Arizona. Allí se encuentra de un modo fortuito con Daria, una muchacha que trabaja para un abogado, director de un importante proyecto inmobiliario, y que está cruzando el desierto en automóvil para asistir a una reunión de negocios.

13 de Mayo de 2017
Haber visto las pinturas de Geli ha sido revelador para mi. Fue una especie de provocación a mis modos de entender su trabajo, y eso me sedujo rotundamente. El hecho que unas pinturas arrumbadas se sobrepongan anacrónicamente con la producción actual de la artista, constituye un hecho vertiginoso que genera un sismo en el seno mismo de su producción. Como si el espíritu warburiano se hubiese encarnado en este nuevo ordenamiento del mundo.
Esas pinturas comenzaron a meterse por todos lados, como el agua misma que parece por momentos congelar, cómo el agua misma que Geli derrama en su performance de la palangana (Derramarme, 2002), las pinturas se chorrearon sobre esculturas.
Se chorrearon las pinturas figuradamente, pero se chorreó también un tiempo y una experiencia en el modo de producir, aquella que pone de manifiesto la afectación que producen las pasiones alegres, como diría Spinoza, que es esa composición que existen entre las pinturas del ́92 y las esculturas del ́18, sin dejar de pasar por todas y cada una de las performances en las que la artista se derrama.
Las pinturas han tomado cuerpo. Cada chorreadura consigue un espesor con la cerámica y el cemento y recrea un límite con el metal. El metal dibuja un contorno para que el material se explaye de forma controlada.

10 de Abril de 2017 y 29 de Agosto de 2017
En el verano estuve haciendo un taller con Silvia Gurfein que se llama El Texto de la obra. Es un taller maravilloso que recomiendo a todos los artistas del mundo. Allí Silvia nos leyó un texto de
Morabito. El texto en cuestión se llama Surco. Habla del dibujo, para mi se refiere sobre todo al dibujo. No puedo dejar de pensar en Geli y en las huellas de sus trazos. El autor cuenta una anécdota de cuando era pequeño y abría surcos en una hoja. La presión del lápiz sobre la hoja provocaba el surco que luego podía infinitamente recorrer una y otra vez. Pero lo más importante de esto era el desvío. Cito: “Así, cada trayecto era distinto del anterior, siempre y cuando el pulso se mantuviera estable, pues bastaba un descuido, un aumento imperceptible de la presión sobre el lápiz, para que prevaleciera un único recorrido, una sola verdad sobre la pluralidad de caminos.”
De lo que se trata es pues de no presionar el material, sino dejar que este tome el camino y el recorrido deseado, llevando así a mi cuerpo junto a él. Gracias a este texto de Fabio pude entender como el cuerpo de Geli viaja al lado del material proponiendo una pluralidad de formas. El error puede ser maravilloso. Es una posibilidad, es como el surco liberado del que habla Morabito. El pocote, el bodoque, el tocho, el menjunge, lo amocochado, lo enclenque, son términos que usamos para denominar aquello que no tiene norma. Lo anómalo. Solemos relacionar esto con el error. En la última visita que hicimos con Aldo al taller de Geli hablamos de lo anómalo versus lo anormal. Tomando la anomalía deleuziana nos aventuramos a pensar la obra de Geli desde la anomalía, lo sin norma.

9 de Septiembre de 2017
Hacer una muestra de Geli González hoy, es significativa e importante por varias razones. Por un lado, se propone una exposición de obras realizadas en un lapso de 25 años. Obras producidas en medio de las fluctuaciones que suponen un cuarto de siglo, tanto en la vida de uno como de una comunidad. Por otro lado, el tiempo en sí mismo en la obra de esta artista es material de reflexión y producción, por ello la posibilidad de poder exponer la magnitud temporal de su obra tiene una importancia significativa, tanto para la obra misma como para el contexto. Otra de las razones es la importancia de González para el contexto artístico nacional, como una figura ineludible en la genealogía del arte tucumano, en el arte de performance a nivel nacional y en su figura de docente e investigadora de pedagogías del arte dentro del contexto universitario. La obra de Geli podría incluirse en cualquiera de estos relatos con una sólida presencia de acción.
Geli González produce como el agua que corroe los materiales con el tiempo. Una inundación deja marcas irreversibles en unas telas. De esta misma forma estructuras frágiles son semi lugares que posibilitan espacios debajo o alrededor de los cuales se intenta sostener algo en pie, siempre contingente. Sostener la contingencia. El esmalte chorreado, pero ya cocido, congela el instante de la disolución. Se intenta ver este estado de tránsito como uno permanente.
¿Se puede detener la corrosión del agua en un punto exacto que dé cuenta de lo que hubo y lo qué hay?

9 de Enero de 2018
Cuando vivíamos en Chacarita, Agustín trajo a casa una revista llamada Labor. La mayoría eran artículos de artistas describiendo sus modos de trabajo. Muchos de ellos describían los pasos previos o los modos de abordaje de las obras. Entre estos textos había uno de Nadine Goepfert, una artista alemana que no dejo de seguir por las redes desde que leí su texto “Expresiones de fugacidad”. El texto es una oda al error. Se refiere a este como la concreción de una expectativa equivocada, como ese pequeño espacio que se abre cuando dejo de controlar.
Goepfert y su obra sugieren pensar el error desde una visión posibilitante, no como una frustración, y a la falta de control como el único lugar para que aparezca lo impredecible.
Geli me contó que algunas de las técnicas que utiliza para hacer sus sacha esculturas (sacha es “monte” o “montaraz” en quechua) las sacó de tutoriales de construcción encontrados en youtube. Algunos de ellos fueron relatados vio teléfono por su hijo Teo, cuando no tenía internet en el taller y la urgencia de la fragua corría. Esas sacha esculturas están llenas de errores, en el sentido de la norma, que una escultura debiera tener. Todos y cada uno de estos errores son espacios abiertos a la posibilidad de ejercicio de la libertad.


1. Aldo Ternavacio. Catálogo de la Muestra Geli Gonzalez Pinturas, Universidad Politécnica de Valencia, 1992.
2. Saito, Yuriko (2007). Everyday Aesthetics. Oxford University Press.
3. Patrimonio Arquitectónico de la Universidad Nacional de Tucumán. Olga Paterlini y Daniela Moreno Editoras. Secretaria General. 3 Universidad Nacional de Tucumán. 2009