ALEJANDRA MIZRAHI

Mirar con mis dedos



2022
Alejandra Mizrahi
Texto curatorial para la exposición "Mirar con mis dedos, escuchar con los pulmones” de Cecilia Villafuerte en Tamaño oficio.



Mirar con mis dedos, escuchar con los pulmones

¿Qué hacer con la piel remanente del mundo? Me pregunto cuando veo a Cecilia cuidadosamente insertar/injertar retales de prendas dentro de redes casi imperceptibles. Superponiendo, compactando y amontonando una diversidad de fragmentos desechados, propone una nueva forma para aquello cuyo destino geográfico sería impropia y tristemente el desierto de Atacama.

Cecilia aborda su práctica cultivando la respons-habilidad, trabajando en consecuencia y con las consecuencias, como diría Haraway, deviniendo parte de la vida de lxs demás.
Pero, ¿es ella quien rellena y da forma a estos artefactos o son estos quienes le dan forma a ella? La correspondencia mutua de Cecilia y los artefactos, pone de manifiesto la reciprocidad y con esto, el modo en el que ella insiste en habitar el mundo. Siguiendo el hilo del problema, Haraway nos dice: “Comerse mutuamente de manera adecuada requiere encontrarse de manera adecuada, y eso requiere una sincronización suficientemente buena.”
A propósito de esta cita, pienso en los placares de su casa colmados de retazos, algunos que ha traído del taller de su mamá y otros que ha encontrado antes de que se convirtieran en basura. Están perfectamente ordenados, comprimidos en bolsas que les dan forma, una forma determinada por el espacio que las contiene y por las demás bolsas rellenas. Hoy Cecilia fagocita, come esas bolsas, alimenta las telas con otras telas, las abre y encuentra una nueva configuración que hace renacer este deshecho. Arrecifes de coral o micelio, descomponerse y renacer en el mismo acto. Un ecosistema que se transforma gracias a la habilidad de la descompostura.
“Hay que abrir los ojos de tus dedos y hacer tu propia experiencia de viaje por la sensibilidad” dice Elvira Espejo y me hace ver en las manos de Cecilia ojos que tocan y manos que escuchan el material. La alucinación que tienta la sinestesia. Tocar el sonido repetido del sabor que emana por los ojos de las manos. Un mundo construido interconectando cuerpos íntimamente desconocidos.

Tocar es ser tocada. Afectar es ser afectada. Hacer es ser hecha con deshechos en el bucle del amor y la rabia.